Cuento en mi biblioteca personal con infinidad de libros sobre Derecho administrativo que me han formado en la disciplina y expuesto fundamentos, régimen e implicaciones de los institutos clave y a los que me he asomado como un niño ante la inmensidad de un océano normativo majestuoso y temible.
Sin embargo, el Derecho administrativo no da tregua y la humildad se impone porque es una diana móvil bajo vientos que tuercen la flecha de la ballesta del mejor arquero jurídico.
Y es que las leyes cambian incesantemente y apuntar a la identificación o interpretación idónea se hace difícil; la jurisprudencia sufre vientos huracanados e incluso tornados desde el Tribunal Constitucional; y la sociedad y el poder público bailan el vals de sus relaciones administrativas a trompicones porque la partitura mezcla signos comunitarios, estatales y autonómicos, unido a que los bailarines no acompasan el paso clásico y el electrónico.
De ahí que pese a esforzarme en estar atento a las novedades jurídicas y consultar bibliografía, el Directorio de blogs jurídicos y el Directorio de revistas electrónicas jurídicas gratuitas, se inicia ahora en Septiembre un curso académico, judicial o jurídico turbulento, debido a la vigencia de las Leyes siamesas, la Ley 39/2015, de Procedimiento Administrativo (PACA) y la Ley 40/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público (LEREJU), y tras el recién nacido recurso de casación bajo salvaconducto del “interés casacional”, me ha llenado de alegría tropezarme con interesantísimas novedades editoriales, y singularmente con el Manual Básico de Derecho Administrativo de los Catedráticos de Derecho Administrativo, Eduardo Gamero Casado y Severiano Fernández Ramos (Tecnos 2016, Decimotercera edición). Pasen y vean…
1. Me limitaré a señalar que hace mas de una década venía recomendando a los opositores a cuerpos superiores la versión original del citado Manual Básico por su extraordinaria utilidad para construir el armazón del cerebro del futuro administrativista de forma paulatina, rigurosa, clara y completa.
Ello sin perjuicio del complemento de la bibliografía doctrinal de las revistas, para leerla y cultivar la mente jurídico-administrativa del especialista, particularmente los artículos que indiqué en un anterior post titulado Cómo ser cinturón negro en Derecho administrativo.
Sin embargo, cada edición de tan magna obra, como los anillos de los árboles ha supuesto mayor solidez en el Manual, hasta el punto de que ya le queda corto este modesto calificativo, y aproximándose al Tratado, pese a la modestia de sus autores que subrayan su enfoque pedagógico y no doctrinal.
Ello porque a mi juicio, ofrece las siguientes virtudes :
- A través de casi 1000 páginas se ofrece la visión de todas las categorías, instituciones e institutos del Derecho administrativo español. Todo en uno.
- Incorpora oportunas citas jurisprudenciales, con la almendra de la sentencia y desprovisto de la hojarasca de antecedentes y palabrería.
- Acompaña cuadros y esquemas que favorecen la memoria visual de fuentes, silencio administrativo, sistema de competencias, clasificación de actos administrativos, régimen competencial contencioso-administrativo, etc.
- La estructura de temas son los propios de los Temarios de las oposiciones a altos cuerpos administrativos, combinando una sucinta visión doctrinal con el dato normativo y el sintético juicio académico.
- Aborda nada menos que el nuevo procedimiento administrativo y la administración electrónica, bajo una visión seria y a la vez práctica. En suma, estamos ante un extraordinario libro de libros.
Por ello, me complace compartir con los interesados mi juicio sobre tan espléndida obra. Con seguridad no defraudará al opositor, al abogado ni al funcionario. Pese a mi enloquecida agenda, lo he devorado rápidamente, lo he subrayado a colorines y he aprendido mucho, así que justo y de bien nacidos es ser agradecido, y felicitar a los autores por el servicio prestado.
II. En segundo lugar, todo opositor o abogado administrativista suele encontrarse cómodo con la legalidad administrativa en papel (pues las bases de datos son rápidas y exactas, pero de cansina consulta). Por ello, en cuanto a compilación de normas administrativas esenciales, acompañadas de interesantes notas y sinopsis de su contenido, me encantan las Leyes administrativas, de Luis Rebollo, Catedrático de Derecho Administrativo (Aranzadi, 2015, 21 edición).
III. Y por último, como complemento final en la vertiente práctica, aunque en este caso bajo la pura y simple perspectiva del interés de los opositores a la administración pública que tengan que enfrentarse a nuevos temarios sobre las nuevas leyes siamesas, he de saludar con gracejo y recomendar la valiosa obra 1040 Preguntas Tipo Test. Ley 39/2015, De 1 De Octubre Procedimiento Administrativo Común, de Vicente Valera, Director de la Escuela Administración Pública de Extremadura.
IV. No dudo que habrá más y/o mejores obras, pero como se impone la economía de tiempo y esfuerzo, y a los efectos de poder mirarse al espejo como administrativista y superar con éxito oposiciones, litigios o negociaciones, creo a mi modesto entender que este bagaje será suficiente y adecuado.
En suma, con este trípode, podemos considerar al letrado bien pertrechado para afrontar con éxito el sendero hacia las cumbres del derecho administrativo.
NOTA DE SOCIEDAD
Recuerdo que el próximo viernes, 30 de Septiembre de 2016, a las 19,00 horas, en la clásica y entrañable Librería Cámara en Bilbao, C/ Euskalduna Kalea, 6, ofreceré a quienes tengan tiempo y ganas de asistir libre y gratuitamente, a una microcharla de siete minutos sobre las Claves de la supervivencia del funcionario en tiempos de desgobierno.
Dicha charleta, irá seguida de la breve presentación del ensayo titulado Los diez pecados capitales de los empleados públicos (José Ramón Chaves y Juan Manuel del Valle, Amarante, 2016), que correrá a cargo de Don Luis Garrido Bengoechea, Presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Bilbao.
La citada obra repasa en clave de humor los siete pecados clásicos (soberbia, ira, lujuria, gula, envidia, avaricia y pereza) junto a tres adicionales (intransigencia, frivolidad y oportunismo), sin mengua de realismo y manteniendo nuestro cariño hacia los habitantes de las oficinas públicas.
Gracias por asistir, y a los que no asistan, gracias por haber leído hasta aquí.
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