Estoy muy contento. Me acaban de publicar el libro que me hubiese gustado leer hace treinta años. El libro que condensa mi experiencia y reflexiones sobre el proceso contencioso-administrativo desde mi personal estilo.
El de quien actualmente es magistrado y ha sido letrado público, abogado y profesor -además de comunicador y bloguero- para mostrar los secretos de la bella profesión de la abogacía y de la esquiva Justicia.
Lo acaba de publicar la estupenda editorial Wolters Kluwer, a quien agradezco que acogiese esta original obra y le dispensase tan alta calidad y bello formato en sus 400 páginas.
El título ya apunta maneras: El arte de la guerra en la Justicia administrativa. ¡¡Sí!! Lo ha adivinado… ¡se inspira en El arte de la guerra del legendario general chino Sun Tzu (54 a.C. -496 a.C.)!
El bello Prólogo se debe a la amabilidad de Ricardo Rivero Ortega, Catedrático de Derecho administrativo de la Universidad de Salamanca y actual Rector de la institución que cumple el VIII centenario de su fundación.
Sobre el contenido, con orgullo de padre de la criatura tengo la osadía de confesar que el INDICE SISTEMÁTICO sabe a miel cautivadora.
Aquí está un extracto de la introducción con patentes licencias expresivas.
Primero me ocupo de la conexión entre guerras y conflictos judiciales.
Los paralelismos entre conflictos bélicos y conflictos judicializados son patentes. En ambos casos hay partes enfrentadas porque los acuerdos o negociación han fracasado. Y en ambos casos, las partes abordan estrategias y tácticas para la meta de la victoria.
Los dos contendientes cuentan con cabezas pensantes, reglas y un escenario de incertidumbre.
El correlato de las batallas serían los incidentes y trámites judiciales. De las armas serían las pruebas, y como no, el combate cuerpo a cuerpo tiene su reflejo en las vistas orales donde palabra y razón se enzarzan.
Tanto guerras como conflictos jurídicos se ultiman con el resultado final de vencedores y vencidos, que en el caso de los conflictos bélicos es la valoración efectuada por la Historia y en los conflictos judicializados será decidido por la sentencia dictada por el juez.
Luego voy mas allá de las analogías y explico la utilidad del Arte de la guerra para la abogacía jugando con metáforas:
Por eso, el Arte de la guerra del general chino Sun Tzu del siglo V a.C. nos enseña la receta para la victoria: reflexión y afrontar batalla si es la última opción; evaluar fortalezas y debilidades, tanto las propias como del enemigo y usar el engaño y la sorpresa. Especialmente hay que esperar lo inesperado porque hasta los buenos generales sufrirán derrotas (como los buenos abogados) por variadas causas; quizá en la victoria se interpongan los dioses (legisladores) arrojando rayos y truenos contra el disciplinado ejército de alegatos y pruebas; o el campo de batalla (tribunales) resulte incómodo; incluso quizá tenga que luchar bajo una climatología adversa (jurisprudencia) o acaso sobrevengan imprevistos en la batalla, como una inundación o emboscada (hechos nuevos, trucos procesales o recursos), y sin olvidar que la información facilitada por los espías (doctrina) puede resultar errada.
El resultado es un ensayo que une la referencia a la anécdota bélica con la actualidad de la lucha judicial. Aunque la perspectiva sea la de la justicia administrativa, lo que se dice sobre estrategia, táctica y habilidades del abogado es útil para todo letrado de cualquier orden jurisdiccional.
En fin, creo que si alguien quiere acercarse al proceso desde la perspectiva de un duelo al sol, con referencias a batallas y guerras reales, con anécdotas judiciales, con referencia a jurisprudencia viva e indicando los trucos de la profesión, ahí está mi obra.
Su estructura es sencilla, su contenido ameno y útil, y por si fuera poco, su tamaño permite llevarla consigo para los tiempos muertos y treguas procesales.
Así que, ya está a la venta esperando lectores que tiendan un puente de complicidad con el autor, todos supervivientes del mundo de la Justicia administrativa.
¡¡ ESPERO QUE LES GUSTE !!